El Cerebro del Adolescente

 

EL CEREBRO ADOLESCENTE




Aunque el cerebro alcanza su mayor tamaño en la adolescencia temprana, los años de la adolescencia sirven para afinar su funcionamiento. El cerebro termina de desarrollarse y de madurar entre los 25 y los 30 años. La parte del cerebro detrás de la frente, que se llama corteza prefrontal, es una de las últimas partes en madurar. Esta área es responsable de habilidades como planificar, establecer prioridades y tomar buenas decisiones.

Los cambios en las áreas del cerebro que son responsables de los procesos sociales pueden hacer que los adolescentes se concentren más en las relaciones con los compañeros y las experiencias sociales. El énfasis en las relaciones con los compañeros, junto con el desarrollo continuo de la corteza prefrontal, podría ocasionar que los jóvenes corran más riesgos, ya que para ellos los beneficios sociales superan las posibles consecuencias de una decisión. Estos riesgos pueden ser negativos o peligrosos, o pueden ser positivos, como hablar con un nuevo compañero de clase, unirse a un nuevo club o practicar un nuevo deporte.

El cerebro adolescente tiene una capacidad asombrosa para adaptarse y responder a nuevas experiencias y situaciones. Tomar clases desafiantes, hacer ejercicio y participar en actividades creativas, como el arte o la música, pueden fortalecer los circuitos cerebrales y ayudar al cerebro a madurar.

Debido a que el cerebro de los adolescentes aún se está desarrollando, ellos pueden responder al estrés de manera diferente a los adultos. Esto podría aumentar la posibilidad de que los adolescentes desarrollen enfermedades mentales relacionadas con el estrés, como la ansiedad y la depresión. Reconocer los posibles factores desencadenantes y practicar técnicas eficaces de afrontamiento puede ayudar a los adolescentes a sobrellevar el estrés. Encuentre más información sobre el control del estrés.

Los cambios continuos en el cerebro, junto con los cambios físicos, emocionales y sociales, pueden hacer que los adolescentes sean más propensos a tener problemas de salud mental. El hecho de que todos estos cambios ocurren al mismo tiempo puede explicar por qué muchas enfermedades mentales, como la esquizofrenia, la ansiedad, la depresión, el trastorno bipolar y los trastornos alimentarios, surgen durante la adolescencia.

Aunque la adolescencia es una etapa vulnerable para el cerebro y para los adolescentes en general, la mayoría de los adolescentes crecen y llegan a ser adultos sanos. Ciertos cambios en el cerebro durante esta fase tan importante del desarrollo podrían realmente ayudarles a protegerse contra trastornos mentales a largo plazo.

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